“No necesito que me ayuden, yo puedo sola”.

Un egocentrismo extremo nos atrapa en la trampa de creer "que somos perfectos", "que no necesitamos de nadie", la autosuficiencia nos puede llevar al desgaste y la pérdida de perspectiva para seguir aprendiendo... Una actitud de menosprecio a los demás, minimizando y rechazando a quien no comparte nuestras ideas, nos limita y perdemos la oportunidad de conocer y aprender hacer las cosas de manera diferente, 

No siempre hay que esperar regalos...

Al enfrentarnos a nosotros mismos, con los otros y con el mundo, deberíamos partir de la idea de intercambio. "Si no sé dar tampoco sé recibir, del mismo modo que si no sé recibir no seré capaz de dar".

Hay que hacerse responsables de la interacción constructiva con los demás partiendo de una implicación real. Sin pretender que sean los demás quienes inicien el juego de la relación o que llenen nuestro vacío.

Culpar a los demás por mis desgracias....

Ante esta idea el filosofo "estoico", Epicteto, nos invita a salir de la trampa de la búsqueda de una causa o de un culpable, si queremos de verdad resolver un problema o cambiar constructivamente una realidad: "Acusar a los demás de las propias desgracias es una prueba de la ignorancia humana; acusarse a sí mismo significa empezar a entender; no acusar ni a los demás ni a uno mismo es verdadera sabiduría".

Excelentes palabras...

"No esperes el momento oportuno: créalo". 

G.B. Shaw

Es mejor crear la ocasión que esperarla, porque si la creas no corres el riesgo de no estar preparado llegado el momento. Sin embargo, para hacer posible que una persona se exponga al riesgo de actuar para cambiar su propia vida, a veces es necesario hacer que cambie primero la perspectiva desde la que contempla su realidad.